Una de las mejores cosas que suceden en el trabajo de Freebox es cuando te llama un cliente del que no sabes nada, uno de esos que ni te suena. “¿Que Hacienda tiene qué?” fue lo primero que nos preguntamos cuando nos propusieron este trabajo. Todos conocemos al Ministerio de Hacienda o a la temida Agencia Tributaria y no tenemos, precisamente, una buena concepción de ambas instituciones como tal.
Sin embargo, ninguno en Freebox sabía de la existencia del Colegio de Huérfanos, una entidad sin ánimo de lucro, cuya actuación esencial es, según se puede leer en su propia pagina web, “la protección a los hijos de los socios en caso de fallecimiento e incapacidad permanente”.
Los funcionarios de Hacienda que así lo desean pueden detraer una parte de su nómina para garantizarse una serie de ventajas que, después de empezar a investigar un poco, van mucho más allá de la primera y original.
El objetivo del Colegio de Huérfanos de Hacienda a la hora de llevar a cabo esta acción fue tratar de conseguir un mayor número de socios. Se trataba de una pieza audiovisual, de consumo absolutamente interno, que pudieran ver todos los funcionarios del Ministerio y de la Agencia Tributaria, y que funcionara como recordatorio para ellos de la existencia del Colegio, mucho más presente en los funcionarios veteranos que en las nuevas hornadas de trabajadores públicos.
Para ello, optamos por contar cuatro historias reales, de personas con nombres y apellidos, que gozaban de las ventajas de haberse apuntado, en su día, al Colegio de Huérfanos de Hacienda. Así, nos desplazamos hasta Logroño para entrevistar a Miguel Fernández, inspector de Hacienda, con una vida estrechamente vinculada a la institución en general y al Colegio en particular, y entrevistamos, en las cercanías de Madrid, a la familia Río Ortega, todo un ejemplo de superación y tesón apoyados siempre por aquella decisión primera del padre de formar parte del Colegio.
Los beneficios, en forma de diferentes ventajas de todo tipo después de la jubilación, nos los contó Emilia, mientras que a Juanjo, con la participación inestimable de su preciosa hija Julia, lo grabamos en el edificio central de la Agencia Tributaria en Madrid hablando, precisamente, de las ayudas que habían llegado con el nacimiento de su pequeña.