Un ‘baile’ inolvidable: el caos que desató la venta de entradas para Bad Bunny

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Este pasado 8 de mayo de 2025 se desató la locura en España tras salir a la venta las entradas de los múltiples conciertos de Bad Bunny. El cantante puertorriqueño regresará a la península tras siete años sin realizar ningún concierto en suelo europeo. Un evento que ha alimentado las ganas de sus fans por hacerse con un ticket, pero sin duda, fue un proceso que se hizo terriblemente tedioso.

Bad Bunny estará presente en el Estadi Olímpic de Barcelona el 22 y 23 de mayo y en el Estadio Metropolitano de Madrid el 30 y 31 de mayo, 2, 3, 6, 7, 10, 11, 14 y 15 de junio. En total, 12 de fechas donde el puertorriqueño ha colgado sold out tras vender más de 600.000 entradas. Sin embargo, a pesar de la cantidad de fechas que ha sacado el artista, para muchos fanáticos fue tarea imposible hacerse con una entrada.

Lo que prometía ser una jornada de emoción y alegría para sus fans, rápidamente se convirtió en una pesadilla ‘digital’. Colas virtuales interminables, páginas colapsadas, precios inflados y una sensación generalizada de impotencia marcaron una jornada que, lejos de celebrar el regreso de Bad Bunny a España, evidenció los profundos fallos del sistema de venta online de entradas ante este tipo de eventos.

El sistema FIFO: simple en la teoría, caótico en la práctica

A pesar de que estamos en 2025, y todos los consecuentes avances tecnológicos, el proceso de compra de entradas online continúa siendo una experiencia frustrante. El sistema utilizado por la plataforma de referencia en este negocio como es Ticketmaster se basa en el principio «first in, first out» (FIFO), es decir, el primero en llegar es el primero en comprar. Un modelo que, en teoría, resulta simple, pero que en la práctica ha demostrado ser totalmente ineficiente ante una demanda desorbitada.

Durante el inicio de la preventa, que oficialmente arrancó a las 13:00 horas, la plataforma de LiveNation redirigió a los usuarios a Ticketmaster. Sin embargo, segundos después de acceder a la sala de espera, la web colapsó ante el elevado número de personas que estaban intentando entrar a la vez. Como consecuencia, las redes sociales se llenaron de publicaciones que evidenciaban los fallos en el sistema, desde errores del navegador, interrupciones aleatorias, colas virtuales que superaban los 200.000 usuarios hasta mensajes de «entradas agotadas».

Scalping: la reventa como enemigo invisible en los conciertos multitudinarios

Uno de los problemas más recurrentes en este tipo de eventos es la figura de los revendedores y bots que adquieren entradas de forma masiva para luego revenderlas a precios inflados. Esta práctica, conocida como scalping, y que sigue presente a pesar de las diferentes medidas implementadas por las plataformas. Ticketmaster, por ejemplo, desarrolló el sistema fan to fan, una forma de reventa oficial que, lejos de erradicar el problema, ha generado aún más polémica. Esta modalidad permite a usuarios revender sus entradas dentro del propio ecosistema, eso sí, con una comisión que beneficia a la propia empresa.

A esto se suma la existencia de plataformas como TicketSwap, Viagogo o StubHub, que facilitan la reventa de estos tickets por precios desorbitados, triplicando, en varios casos, su precio base. No es un problema nuevo, se trata de un fenómeno complicado de poder combatir y que, lejos de haberse erradicado, continúa afectando a los consumidores.

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Vía: Viagogo

Un problema más: la OCU denuncia a Ticketmaster

Junto a la caótica preventa de entradas para Bad Bunny, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha presentado una denuncia formal ante el Ministerio de Consumo contra Ticketmaster, en la que acusa de aplicar “cobros irregulares y abusivos” durante el proceso de compra.

Según el comunicado oficial de la OCU, algunas entradas hincharon su precio notablemente tras sumar conceptos adicionales como: 3,30 € por “donación” obligatoria, hasta 36,50 € por “gastos de gestión” o 150 € por “cargo VIP”. La organización considera que estos costes son abusivos, especialmente porque la empresa no ofrece una gestión activa que justifique tales importes, siendo el propio usuario quien realiza todo el proceso de compra.

Además, señalan que estos gastos suelen estar ocultos hasta el momento final del pago, y que, en caso de anulación, no son reembolsables. Junto a ello, otro aspecto especialmente polémico son los famosos precios dinámicos, que cambia el valor en tiempo real en función de la demanda y otros factores que no se explican al consumidor. 

Por qué no mejora la experiencia de compra de entradas online?

Las colas virtuales de cientos de miles de personas han demostrado que dicho sistema no es operativo. Si bien se basa en un modelo de acceso secuencial, la sobrecarga de usuarios hace que la experiencia sea frustrante y, en muchos casos, inútil.

Una metodología que apenas sufre cambios y cuya razón principal es la falta de alternativas existentes al respecto. El dominio de las plataformas de LiveNation y Ticketmaster acaparan prácticamente el 100% de los conciertos masivos, además de absorber al resto de la competencia. Un hecho que provoca que los artistas — con repercusión global — no les quede otra que decantarse por esta opción. No solo con esto, está posición les brinda la oportunidad de manejar los precios a su antojo, inflándolos aún más en su propio beneficio.

Y esto se debe, esencialmente, a que existen pocas webs que sean capaces de afrontar una venta masiva, por lo que no genera una necesidad de innovar con otros métodos donde la compra sea más cómoda para el cliente. Una lucha que muchos fans tienen presente, pero que se da prácticamente por perdida.

@playz

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Bad Bunny como escusa: récords de ventas y un fenómeno global

Bad Bunny regresa a España siete años después, una de las citas más importantes para el artista entre los 20 países que visitará con su show. En total, 12 fechas realizará en suelo español, con diez en Madrid y solo dos Barcelona, sin pasar por alto el sold out de todas sus fechas con más de 600.000 entradas vendidas. A pesar de ese impresionante volumen, la demanda ha superado ampliamente la oferta y miles de fans no han logrado conseguir finalmente su entrada.

Unos números históricos para un artista urbano, que, sin duda, dejará su huella tanto en la capital como en Barcelona. Una espera que se ha alargado mucho más de lo esperado y que sus últimos discos han contribuido notablemente en que esta expectación fuera unánime por ver al puertorriqueño en suelo español.

Un cantante que va más allá de lo meramente musical y que regresa más de un lustro después como uno de los grandes referentes a nivel global. Lejos de todo el conflicto de las entradas, Bad Bunny ha conseguido superar todas las expectativas fijadas. Con una estrategia sencilla, basándose en los elementos más identificativos de su tierra, buscará transmitir en cada estadio la esencia de su querido Puerto Rico.

El caos con las entradas de Bad Bunny evidencia aún más el problema

Todo lo sucedido en la preventa de Bad Bunny no es un caso aislado, pero sí uno de los más sonados debido a su repercusión. Un suceso que ha expuesto, una vez más, que el sistema actual de venta de entradas online es ineficiente y poco transparente. Ante la falta de alternativas, su aplicación depende de decisiones empresariales que, de momento, siguen priorizando el beneficio económico sobre la experiencia del consumidor.

Mientras tanto, los fans continúan siendo los grandes perjudicados, enfrentándose a colas virtuales interminables, precios inflados y una odisea digital que ha convertido el simple acto de comprar una entrada en una misión imposible.

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