¿Se aproxima el ‘gran apagón’?: el evento Carrington y el peligro actual de las tormentas solares

Imagen generada por IA de una tormenta solar

Apagones masivos, tormentas eléctricas, sospechas de ciberataques… estos días los conspiranoicos y amantes del fenómeno “fin del mundo” están felices como un niño con zapatos nuevos. Desde los cinco jinetes del apocalipsis hasta la gran ola que cubrirá los continentes, el apagón eléctrico del pasado 28 de abril de 2025 en España, Portugal y parte de Francia ha encendido las alarmas y nos ha hecho reflexionar sobre la importancia de la electricidad en nuestras vidas.

Se fue la luz y colapsamos. Muchos no podíamos trabajar y, vistos en esa tesitura y si no estabas buscándote la vida para volver a casa sano y salvo creyendote el protagonista de un libro de Stephen King o, por qué no, Homero en ‘La Odisea’, poco podías hacer salvo leer o hablar con tu familia o con el vecino con el que no has cruzado palabra en años. Vaya drama (entiéndase la ironía).

Más allá de que las causas exactas no están confirmadas (siendo la hipótesis de un desfase entre la generación de energía renovable y la no renovable la más extendida) las preguntas que muchos se plantean es cómo se puede evitar, si puede volver a suceder y qué puede provocar estos apagones tan temidos. Dudas que intentamos resolver a continuación.

Un poco de historia: el evento Carrington, el primer gran “apagón” de la historia

Antes de nada, nunca está mal poner en contexto y para eso echamos mano de la historia. En la mañana del 1 de septiembre de 1859, el astrónomo británico Richard Carrington observaba el Sol desde su telescopio un día más cuando presenció algo insólito: una enorme mancha solar. Sin saberlo aún, acababa de registrar la primera fulguración solar documentada en la historia moderna.

Horas después, la Tierra recibió el impacto de la eyección de masa coronal (CME) más potente jamás registrada. ¿Y eso qué es? Pues explicado muy simple es que el Sol, en ocasiones, a veces «explota» hacia afuera, lanzando al espacio una especie de gigantesca burbuja de gas caliente cargado de electricidad que, si viaja en la dirección correcta, puede chocar con nuestro planeta. En este caso, lo hizo. Y los efectos fueron sorprendentes.

Y es que lo que siguió fue un espectáculo tan asombroso como inquietante: auroras boreales visibles hasta en Colombia y Cuba, telégrafos que chispeaban en llamas, operadores electrocutados y sistemas de comunicación completamente colapsados. ¿Esto último te suena de algo? Eso sí, con el evento Carrington las líneas telegráficas seguían funcionando en algunos lugares incluso sin baterías porque la tormenta había inducido una corriente tan fuerte en la superficie terrestre que se metía directamente en los aparatos.

Sin embargo, la “suerte” es que en 1859 la sociedad apenas usaba electricidad. A pesar de ello, se vieron afectados de forma directa cientos o miles de operadores de telégrafo, pero de forma indirecta millones que dependían de los mensajes telegráficos para noticias, comercio, trenes, comunicaciones gubernamentales…

Aunque si algo así ocurriera hoy, con toda nuestra dependencia en satélites, redes eléctricas y comunicaciones digitales, los daños serían masivos. Hablamos de apagones globales, aviones desorientados, GPS inutilizables, internet caído y sistemas bancarios paralizados. Vamos, el fin del mundo.

Qué posibilidad hay de qué se repita el ‘evento Carrington’ hoy en día?

La posibilidad de que se repita un evento similar al de Carrington no es ciencia ficción y los científicos le han estado prestando mucha atención. Según estudios de la NASA y expertos en clima espacial, se estima que la probabilidad de que ocurra un evento solar extremo tipo Carrington es de aproximadamente un 10% a 12% por década. 

De hecho, ya estuvimos cerca. En julio de 2012, una tormenta solar de gran magnitud pasó cerca de la Tierra, pero por suerte no en dirección directa. Un estudio de la NASA dijo que si ese CME hubiese impactado de lleno, podría haber causado un apagón global masivo y daños equivalentes a trillones de dólares.

Fenómenos atmosféricos que pueden provocar este tipo de apagones

Y es que los designios de la naturaleza son peligrosos y no hace falta ser de Greenpeace para darse cuenta de que el mundo, climáticamente, está cambiando. No hace falta salir de España para comprobarlo y tampoco hace falta irse muy lejos en el tiempo respecto al día que se escribe este artículo. Una semana después del apagón, las tormentas eléctricas azotaron España y dejaron granizadas que muchos calificaron de “las mayores que se han visto nunca”.

De hecho, estas tormentas eléctricas son una de las causas que pueden provocar apagones, aunque más de manera puntual, ya que su peligro reside en la posibilidad de que impacten en transformadores, líneas eléctricas o subestaciones, provocando cortocircuitos o incendios. Algo parecido puede suceder con fenómenos atmosféricos como tornados, huracanes o ciclones que pueden derribar postes, árboles y líneas eléctricas; así como grandes inundaciones o nevadas intensas. Como decimos, son fenómenos peligrosos y que pueden causar apagones pero de manera más puntual. Los científicos apuntan a las tormentas solares como el principal riesgo de apagón masivo.

Tormentas solares: ¿cómo funcionan y cómo son de frecuentes?

Se podría pensar que de los mencionados este es el fenómeno menos probable pero no es así. Y es que el Sol lanza tormentas solares con bastante frecuencia, pero la mayoría no tienen efectos perceptibles en la Tierra por varias razones, que van desde la intensidad de la misma hasta la dirección, ya que pueden no impactar en nuestro planeta. Pero eso no significa que, por ejemplo, durante los años de máximo solar (cuando el Sol está más activo en su ciclo de 11 años), se pueden producir decenas o incluso cientos de erupciones solares (llamaradas) y eyecciones de masa coronal (CMEs) al año.

Cuando una CME impacta la Tierra, puede inducir corrientes eléctricas en la corteza terrestre y en líneas eléctricas de alta tensión. Este fenómeno se llama corrientes inducidas geomagnéticamente (GICs). Estas corrientes serían las causantes del problema al sobrecalentar y dañar transformadores, provocar desbalance en redes de alta tensión y causar apagones en cascada que, en caso de ser una tormenta de gran magnitud, iría rebotando de una zona a otra. Cabe destacar que los sistemas más vulnerables a este fenómeno son los de alta latitud (Canadá, Escandinavia, Rusia, etc.). De hecho uno de los sucesos más conocidos ocurrió en Quebec en 1989, donde 6 millones de personas quedaron sin luz por varias horas.

Como decimos, una tormenta solar lo suficientemente fuerte podría afectar a las redes globales y causar ese temido “apagón global”. ¿Puede pasar? Sí. ¿La probabilidad es alta? No. Tal y como explican los científicos no es descartable que se repita, por ejemplo, otro evento como el de Carrington y el problema está en que es casi imposible de predecir. Algunos apuntan a que es una cuestión de tiempo, no de posibilidades. Por si acaso eres de los que piensan en negativo, consulta el siguiente vídeo.

En cuanto al fin del mundo, cada uno que crea en sus propias teorías, conspirativas o científicas.

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