En un mundo en el que estar desconectado de las redes sociales es sinónimo de no estar presente y en ocasiones, de no existir. Se estrena una película sobre uno de los personajes más desconectados de la historia reciente.
El pasado 28 de febrero llegó a los cines españoles ‘Un Completo Desconocido’, un biopic sobre la vida del cantante Bob Dylan durante la primera mitad de los años 60, dirigido por James Mangold. El actor encargado de convertirse en esta peculiar y bohemia leyenda de la música Rock n`Roll, fue el estadounidense, y también algo peculiar, Timothée Chalamet. Transformarse en Robert Allen Zimmerman, nombre real del cantante, no es tarea fácil y mucho menos cuando eres un millennial.
La tarea del actor ha sido acercar a un público que vive enganchado a las redes y ni siquiera conoce a Bob, su inusual figura, y ha usado su propia personalidad para hacerlo.
SER BOB DYLAN MIENTRAS ERES TIMOTHÉE CHALAMET
Replicar su seca, indiferente y directa forma de actuar, su voz tan peculiar e instaurada en la mente de sus fans, tocar la guitarra y la armónica, cantar al más puro estilo Bobby, entender el proceso evolutivo de un artista que no quería ser encasillado en ningún género, así como comprender las relaciones personales del cantante, son unas pocas de las muchas cosas que Timothée Chalamet ha tenido que aprender, a lo largo de cinco largos años de su vida, para conseguir llegar a los corazones nostálgicos de los fans, y los no tan fans, de Bob Dylan.

El antes y el después del paso de Bob Dylan
El actor confesó que, durante tres meses —lo que duró el rodaje—, se desconectó de su teléfono y de todo lo que le recordaba a la actualidad para convertirse en el cantautor estadounidense. Una vez finalizado el rodaje tuvo que despojarse del papel de Bob para volver a ser Timothée, pero no parecía que quisiese hacerlo del todo.

Después de tanto tiempo siendo Bob Dylan, le fue complicado despojarse de algunos rasgos del cantante, las gafas de sol y los accesorios del cuello, como bufandas o fulares, o cualquier cosa que se pareciese y cumpliese su función, se convirtieron en componentes habituales del estilo de Chalamet, que durante la promoción de la película se ha dejado ver con estos detalles que recuerdan al cantante.
El actor no adoptó el estilo árido y agresivo del cantante con los medios, pero sí su carácter ambiguo y misterioso a través de su cuenta de Instagram, alejándose un poco de la tendencia millenial habitual.
POCAS PUBLICACIONES, EN ANALÓGICO O HECHAS CON UN IPHONE. TIMOTHÉE DUEÑO DEL CONTENIDO ORGÁNICO
Timothée Chalamet promocionó la película que protagoniza de una forma inusual. En un mundo en el que las estrategias de marketing están marcadas por las grandes empresas con objetivos muy concretos, apostando por estar en el mayor número de sitios posibles, el actor estadounidense usó su cuenta de Instagram de una forma muy clásica.
Su personalidad ‘extraña’ y despreocupada llama la atención y conecta de verdad
Comenzó con visitas a universidades y escuelas de arte estadounidenses —como la de Minnesota— en las que no hay vídeos oficiales sobre sus comparecencias ni nada por el estilo. El actor solamente compartió un carrusel en su cuenta de Instagram, combinando imágenes con un toque desenfadado y natural en analógico con otras hechas desde su iPhone, incluso imágenes que parecen elegidas al azar en su galería. De esta forma ha conseguido humanizar su figura y convertirla en una personalidad mucho más cercana a su audiencia. Esta tendencia en sus publicaciones continuó, y su feed de Instagram se parece más al de un chaval de 16 años que publica lo primero que se le ocurre que el de una superestrella como la que él es.
Sus redes sociales son un reflejo de la personalidad joven y espontánea del actor. Continuando con su estrategia dirigida al público más joven, se ha pasado por canales de YouTube, como el de Nardwuar, y podcasts, como el de Theo Von. También ha promocionado la película a través de medios de comunicación ortodoxos como la televisión, donde ha continuado mostrando su carácter único y cercano, apoyándose en su peculiar sentido del humor.
EL BOB DYLAN DE LOS MILLENIALS: FRANK OCEAN, EL MARKETING DE LA EXCLUSIVIDAD
Timothée se ha dejado ver por alguno de los programas más clásicos de la televisión estadounidense como ‘Saturday Night Live’, protagonizando un sketch que se ha hecho viral en redes sociales. También ha acudido a una mesa de tertulia de fútbol americano universitario, donde mostró su conocimiento sobre la NCAA en la ESPN, conectando con un público más adulto. Esa ha sido una de las claves de su estrategia de promoción, conectar a los fans más clásicos de Bob Dylan.
En una de estas apariciones televisivas, el actor estadounidense quiso hacer referencia a una figura como la de Bob Dylan pero en la actualidad, y lo tuvo claro: Frank Ocean. La ausencia de publicaciones en sus redes sociales, sus escasas o incluso inexistentes apariciones públicas, su ambigüedad y su buen hacer como artista, han convertido a Frank Ocean en un ídolo de masas con una fanbase que lleva esperando nueva música del artista durante más de cinco años.
La exclusividad es una estrategia complicada y no apta para cualquiera, pero hay ocasiones, en esta era digital, que las marcas y las personas o marcas con un fuerte misticismo consiguen resultados incluso mejores que algunas que están presentes en todas partes. La saturación de contenido ha creado la necesidad, en algunos casos, de disfrutar de las cosas despacio y sin prisa, consumiendo contenido exclusivo y muy elaborado. El hecho de esperar algo con tantas ganas genera un engage gigante, o al menos eso parece, viendo los casi 37 millones de oyentes mensuales de Frank Ocean con tan solo dos álbumes de estudio en su catálogo.
EFECTO CHALAMET: UNA BUENA PELÍCULA CON UN ACTOR CONECTADO AL PÚBLICO JOVEN
Antes del estreno de ‘Un Completo Desconocido’ las reproducciones mensuales de Bob Dylan en Spotify prácticamente no superaban el millón. Entonces, se dio a conocer quién era el encargado de protagonizar el film y la cosa cambió. Todas las características de la estrategia de promoción encabezada por Timothée Chalamet hicieron, no solo que la taquilla fuese un absoluto éxito con una recaudación de más de 70 millones de dólares, sino que las escuchas del cantante estadounidense se multiplicaran por cuatro.
El actor comentó en una entrevista en el ‘Late Show’ de Stephen Colbert que el objetivo del director con la película era dar a conocer la figura de Bob Dylan y que su música fuese más escuchada. Objetivo cumplido, estrategia centrada en la figura del actor protagonista sin que este sienta que está promocionando la película. Esto ha sido bautizado como el Efecto Chalamet, ya que parece difícil pensar que hubiese tenido el mismo éxito con el Efecto Un Completo Desconocido.